Enclavado junto a la costa en la idílica villa de Duvengan, en la parte noroeste de la isla de Skye, el castillo de Dunvegan es uno de los mejor conservados de la zona, y además irradia un misterio enigmático y sugerente para todo aquel que se interese por él. Además de poder visitar sus espléndidos corredores y salones, en el castillo de Dunvegan podemos encontrar uno de los objetos más misteriosos de toda Escocia, la llamada Bandera de las Hadas (Fairy Flag), cuyos orígenes se remontan, según la leyenda, a un pacto entre estos seres mágicos y los humanos…
La mitología escocesa está llena de seres mágicos y misteriosos, que aunque son escurridizos, alguna vez se han dejado ver ante los humanos, que han comprobado la naturaleza especial de estos seres. Es posible que las hadas sean los más representativos de este folklore, especialmente en ciertas zonas de las Highlands y las Hébridas. Tenemos, por ejemplo, la leyenda de la Bandera de las Hadas, en el castillo de Dunvegan, una de las más hermosas y curiosas de todas las que se han transmitido en generación en generación en este país.
Cuentan que en este castillo habitaba uno de los señores MacLeod, dueños del mismo desde la construcción. Este MacLeod conoció a la hija del rey de la hadas y se quedó totalmente prendado de ella. El sentimiento era mutuo, y el hada también se enamoró del joven noble. Después de suplicarle a su padre, la princesa de las hadas consiguió el permiso necesario para casarse con un mortal, aunque había una condición: solo podría estar con el humano un año y un día. Al ser la única alternativa que quedaba, la joven hada aceptó.
Durante ese año, el hada y el noble MacLeod fueron tremendamente felices e incluso engendraron un hijo. Pero pasó el tiempo y llegó el día en que el hada debía marcharse. Antes de eso, dejó a su esposo un hermoso amuleto de suerte, una bandera hecha por las hadas con la seda más pura y hermosa del mundo. Aquella bandera debería estar siempre en posesión de los MacLeod, o se desvanecería. Además, podría ayudarles en sus momentos más duros, pudiendo ser utilizada para llamar a un ejército de hadas y duendes, que ayudase al clan en sus horas bajas. Eso sí, solo se podría utilizar en tres ocasiones.
Los MacLeod mantienen desde entonces la bandera en el castillo de Dunvegan, siendo una de las principales atracciones para todo el que lo visita. Se cuenta que la bandera ya ha sido utilizada en un par de ocasiones, y que de hecho, logró su cometido, salvar a los MacLeod de un final bastante próximo. Por ello, ahora solo les queda una ocasión más para utilizar la bandera antes de que sus poderes desaparezcan.
Se cuenta que durante la Segunda Guerra Mundial, muchos aviadores escoceses llevaban el símbolo de esta bandera en sus aviones, como presagio de buena suerte, para volver sanos y salvos a casa después de la guerra. La mayoría de estos aviadores se llamaban MacLeod, por lo que muchos atribuyen su buena fortuna al hecho de que la bandera les protegiese en aquellos momentos de tanto peligro.
La Bandera de las Hadas sigue siendo un motivo de orgullo para el clan MacLeod, y aunque ya está bastante deteriorada y andrajosa, no son pocos los curiosos visitantes que, conociendo o no la historia de su origen, visitan Duvengan y se quedan sorprendidos con ella.